La aparición de un nuevo virus en el mundo ha traído enormes cambios para todos, sin excepción alguna. Éstos vienen como una respuesta de adaptación al impacto que el Covid-19 ha tenido sobre la vida que conocíamos. Diversos ramos de la economía han tenido que improvisar, replantear sus estrategias, revisar sus números, porque es verdad, una nueva realidad ya está en movimiento.
La industria automotriz es uno de los ramos más afectados, pues el brote del nuevo Coronavirus provocó que millones de personas alrededor del mundo se aislaran en sus hogares para estar a salvo. Las ciudades pasaron de ser lugares llenos de autos y embotellamientos a sitios que parecen desiertos o urbes abandonadas.
Lamentablemente la pausa ante la continua movilidad que experimentaba el mundo, se enfrenta a un mercado de producción automotriz bastante desarrollado en México. Desde hace más de cinco años, México se encontraba entre los primeros 10 países productores de autos en el mundo.
Antes de la pandemia, México producía alrededor de medio millón de autos al mes. Mientras que para junio de este año solo se produjeron poco más de 22 mil unidades. Pero como reza la frase de Albert Einstein, “En medio de la dificultad, reside la oportunidad”.
Para inicios de julio de 2020, la empresa fabricante de autos eléctricos, Tesla, se convirtió en la empresa más valiosa dentro de la bolsa, dejando atrás a Volskswagen y a Toyota. Si bien, en términos de producción la empresa californiana se queda muy atrás debido a que su volumen de producción es mucho menor, comienza a abrirse una brecha muy interesante de la que sería un enorme error perderle de vista.
El uso de energías limpias en los autotransportes se vuelve día con día una tendencia que se tornará imprescindible. Los gobiernos están fomentando el uso y compra de este tipo de vehículos, a través de estímulos y condonaciones sobre impuestos. Y no solo eso, también comienzan a utilizarse materiales sustentables (como es el caso de Ford que utiliza hilo
reciclado).
Aunado a ello, la llegada de la Red 5G abre un panorama donde la conducción puede quedar en segundo plano, priorizando la movilidad. Es decir, los autos serán capaces de conducirse por sí mismos a través de tecnología inteligente, convirtiendo al auto en un espacio exclusivo en el que viajas mientras llegas a tu destino sin necesidad de manejar.
En cuanto a medidas de seguridad, estas innovaciones no permitirán que los malos conductores sigan pilotando, toda la información respecto a su conducción quedaría registrada en la red. De tal modo que estarían obligados a dejarse llevar por la Inteligencia Artificial. Asimismo las señales de tráfico no estarán a disposición del conductor, sino que se obligaría a los automóviles a acatar y respetar las normas.
El campo de la movilidad está evolucionando vertiginosamente junto con las transformaciones que ha traído el internet. Lo importante es saber hacia dónde se dirige esta evolución y seguir diseñando e innovando en esa dirección. Si eres un amante de los autos, tienes una mente creativa y estás interesado en modernizar este campo, te invitamos a conocer nuestra Maestría en Ingeniería de Diseño Automotriz.